Javier Marzal |
Escritor empresarial y conferenciante Librepensador integral (individuo-organizaciones-humanidad) Activista social asociativo |
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Autobiografía - Historial profesional- Balance de mi juventud - Propósito vital - Período de transición - Activismo social asociativo Nacido en Madrid (España) en 1960 en el seno de una familia tradicional, asistente a colegios privados; autodidacta, escéptico, ateo, apátrida (ciudadano del mundo) y objetor de las divisiones geopolíticas (defensor del concepto de Naciones Unidas), casado civilmente y divorciado, imitador, innovador, librepensador, emprendedor empresarial y social. No convencional. Mi quinto nombre de pila define, probablemente, mi principio básico (Francisco Javier Manuel Sixto y Justo). Ese sentido de la justicia -coherencia- me llevó a reflexionar y rechazar los fundamentalismos burgués y católico propios de mi contexto sociocultural medio-alto. Desde los ocho años y de forma más intensa desde que leí la Biblia entera (Antiguo y Nuevo Testamento) a los once años, me aparté del paradigma sociocultural convencional desarrollando mi propia cosmovisión y modelo antropológico -comprensiones del cosmos y del ser humano-, rechazando la expectativa social sobre mi futuro, consistente en ser un hombre casado con amante -necesario para no separarse de una vacía, dependiente y reduccionista madre burguesa de mis hijos- y ejecutivo de una empresa media familiar o grande. En definitiva, ser un autómata social, con una vida superficial llena de aspectos insustanciales: roles, relaciones y actividades que tratan de sustituir la falta de propósito vital para llenar el vacío existencial. Desde niño tuve dos cuestiones claras, aunque tardé décadas en ser plenamente consciente de ello:
Profesor de Matemáticas de adolescente en dos ocasiones: la primera con 15 años a un alumno de 8º de EGB y la segunda a dos alumnos, simultáneos, de 8º de EGB con 18 años, los tres obtuvieron calificaciones notables. Después de hacer la selectividad, y porque me interesa la lógica de los números, me matriculé en Matemáticas, compré todos los libros y, tras estudiar en verano la mitad de todas las asignaturas, decidí que no había una carrera que me interesara para ampliar mis conocimientos ni para mi futura vida profesional. Años más tarde empecé una amplia formación autodidacta tratando los fundamentos de las ciencias naturales, de las sociales y de las humanas (antropología, economía, empresa, historia, pedagogía, política, psicología, sociología...).
Otras personas dicen sobre mí: “experto en personas”, “que se pensar”, “que se aprender”, “que escribo bien”, “que conozco el sistema”, “que soy innovador”.
Clientes como la europea BASF, la americana Colgate-Palmolive y la asiática Nintendo, así como colaboradores como Coopers & Librand, Hewlett-Packard (HP) y Unisys, han reforzado mi mentalidad globalizada. Haciendo balance de mi cerrada etapa de joven, concluyo que realicé aportaciones beneficiosas para otras personas: he hecho crecer mental y profesionalmente a cientos de personas, algunos no relacionados con el trabajo, a mis relaciones profesionales (compañeros, empleados y clientes) les he ayudado a que maduraran profesional y humanamente, a que se casaran, compraran viviendas, tuvieran hijos, etc. Finalizada la etapa de juventud me estoy dedicando a asuntos intelectuales y sociales. Mi propósito vital consiste en ser lo más coherente posible -propósito de cualquier persona como opinan muchos- y eso, dentro de nuestra naturaleza humana en su triple dimensión biopsicosocial, lo traduzco en vida sana (biológica), claridad mental (psicológica) y participación en la civilización emergente como consecuencia de la transición desde la Era industrial a la Era de la información (social). Comprender mejor la realidad y sus posibilidades mediante el aprendizaje (desde la experiencia ajena y la propia, teoría y práctica) para impulsar y participar en las innovaciones y en los procesos de cambio, individuales y colectivos. De esta forma integro el proceso psicológico de aprendizaje con el proceso profesional de mi dimensión social, aumentando mi coherencia vital.
Trabajo para influir en personas influyentes para que cambiemos el
mundo. Trabajo para influir en otros activistas sociales para que
cambiemos el mundo. Trabajo para impulsar el activismo social que cambie
el mundo.
En 2002 cesé mis actividades empresariales, para iniciar mi ciclo de madurez mental-profesional, según el propósito vital descrito, centrado en asuntos relacionados con la transición hacia la emergente Era de la información desde la ya decadente Era industrial. Durante 2003 estuve estudiando economía y empresa (management), tanto la teoría académica como el trabajo de los principales autores, analizando algunos sectores de actividad económica y algunas de las mayores multinacionales (más de 100 memorias anuales), y perfilando algunos planes de negocio. La primera mitad de 2004 la dediqué a estudiar otras disciplinas científicas, psicología y sociología entre otras, hasta que en julio de 2004 decidí escribir un libro, desde una perspectiva integral: individuo-organizaciones-humanidad. Fruto de las ideas del libro y de los contactos con pensadores, empresas de formación, desarrollo directivo, agencias de eventos, Team Building, coaching, asesoramiento filosófico, desarrollo personal, etcétera, desde 2006 me dedico a impulsar el aumento de la efectividad empresarial desde los diferentes talentos, mediante publicaciones y conferencias basadas en mis propias propuestas conceptuales, entre las que destacan:
A finales de 2009, una persona, a la que tenía una gran admiración y afecto, por su impacto en la juventud de mi generación, me pidió ayuda para resolver un grave conflicto familiar. Tuvimos que pedir la asistencia policial y judicial, siendo arrollados por su incompetencia y corrupción, por lo que escribí el libro "Abusocracia. España: Un Estado sin Derechos", a finales de 2011, inicialmente alejado de mi línea como escritor. Dediqué cuatro años, prioritariamente a esta persona y los asuntos judiciales durarán varios años más. Actualmente parte de ellos los he -o hemos- tenido que elevar a la Audiencia Provincial, al Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional. Esta experiencia me ha proporcionado suficiente documentación para poder acreditar judicialmente la disfunción del Estado de Derecho español, debida a las leyes ilegales por incompatibilidades con leyes superiores (incompetencia o corrupción legislativa y ejecutiva), malas prácticas ministeriales (corrupción política y administrativa), corrupción policial (jefes y agentes) y corrupción de funcionarios públicos judiciales (fiscales, jueces, secretarios judciailes y otro personal de apoyo), corrupción de abogados, procuradores y colegios profesionales de ambos. Como víctima de esta disfunción del Estado de Derecho, puedo presentar este conflicto para su resolución judicial, un reto que estoy trabajando con el objetivo de que las autoridades pertinentes cambien este estado de cosas o sienten un precedente (jurisprudencia) que puedan aprovechar otras personas que sean también víctimas de esta peligrosa disfunción social que ha sido la causa última de la crisis actual. Hacia mediados de 2013, tras casi 4 años con la prioridad anterior, retomo mi actividad como escritor. La experiencia anterior me llevó a contactar con los dirigentes de numerosas asociaciones relacionadas con las víctimas y la corrupción del sistema judicial español que incluye a los cuerpos policiales y a los Ministerios del Interior y de Justicia. Con los dirigentes compartí experiencias, aberraciones y atrocidades que me llevaron a comprender que las instituciones y los profesionales del sistema judicial son los más corruptos y presuntamente delictivos. Como reacción a esta situación, tuve las siguientes iniciativas:
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© 2005-2017 Javier Marzal Mercader |